a mina se ubica cerca de la localidad de Taltal (1.100 km al norte de Santiago), y según los primeros estudios, fue trabajada por grupos de la cultura Huentelauquén, que extrajeron óxido de hierro, un mineral usado como pigmento para teñir, muy presente en los rituales.
Según el jefe del equipo de investigación, Diego Salazar, se sacaron unas 2.000 toneladas de pigmento, equivalentes a unos 700 metros cúbicos de roca, un dato que según los científicos es muy relevante, porque demuestra que los seres humanos de la prehistoria tenían una estructura menos básica de lo que se consideraba hasta ahora.
“El hecho de que hayan explotado la mina indica la importancia que tenía lo religioso en su modo de vida, porque el óxido de hierro no se comía, no se vendía, no se compraba”, explicó Salazar al diario El Mercurio.
El yacimiento, bautizado como San Ramón 15, fue descubierto en octubre del 2008, pero hasta este año no se pudo corroborar la antigüedad real de la mina, gracias a unos exámenes realizados en laboratorios de Estados Unidos y Polonia.
Según las investigaciones, la mina fue trabajada durante dos períodos: hacia el año 10.000 A.C, y alrededor del 2.000 A.C, y se extrajo una cantidad de mineral muy considerable a juzgar por las herramientas que utilizaban, que eran básicamente martillos de piedra y conchas.
“Hemos encontrado mil y tantos martillos, cerca de 500 kilos en total. Pero, considerando la cantidad de material que todavía podemos hallar, la cifra puede llegar a varios miles”, dijo el arqueólogo Hernán Salinas.
Una treintena de científicos chilenos y extranjeros visitaron el lugar del hallazgo el pasado martes, junto a los arqueólogos responsables del hallazgo.
La mina más antigua de América antes de este descubrimiento se hallaba en Estados Unidos, y se situaba en el 2.500 A.C, mientras que en Sudáfrica se encontró otro yacimiento de unos 40.000 años de antigüedad.
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