La madrugada del pasado 27 de febrero, Andrew Bieniawski, viceadministrador asistente de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA) de EEUU, se hallaba en su cama de un hotel en Santiago cuando la habitación comenzó a remecerse con inusitada fuerza. El funcionario de la administración de Barack Obama se había trasladado a la capital para reunirse con científicos e ingenieros nucleares y llevar a cabo una misión secreta: remover una potencial bomba nuclear del país, según un informe emitido ayer por la revista Time.
Se trataba de 18 kilogramos de uranio altamente enriquecido -con energía suficiente para destruir parte de una ciudad-, que las autoridades chilenas habían decidido entregar a Washington, en el marco del plan que impulsa la administración de Obama para eliminar dicho material en el mundo, ya que podría ser usado por terroristas para fabricar bombas.
Sin embargo, el terremoto que afectó a la zona centro sur del país esa madrugada, alteró todos los planes.
En cosa de minutos, Bieniawski se reunió con los funcionarios de la NNSA en el lobby del hotel y pasaron las cuatro horas siguientes intentando contactarse con los lugares donde se almacenaba el uranio: los reactores de La Reina y Lo Aguirre. Tras establecerse que el material estaba a salvo, el equipo de la NNSA enfrentaba una nueva complicación. Transportarlo hacia San Antonio, mientras el país seguía atento a posibles tsunamis.
Sin embargo, 12 horas antes del sismo, los ingenieros de la NNSA habían instalado 680 kilos de material de seguridad en los contenedores, que protegerían al uranio de una explosión e, incluso, de un terremoto.
Finalmente, se optó por llevar la carga a Valparaíso, donde dos barcos de EEUU esperaban para repartirse el uranio, con el fin de que ninguno transportara suficiente material para la fabricación de una bomba. Ya en el puerto, el grupo debió enfrentar un nuevo temor. Una grúa que llevaba la carga hacia los navíos falló, provocando que uno de los ocho contenedores oscilará en el aire, generando temor entre los funcionarios. El cargamento abandonó el país el 4 de marzo y arribó a EEUU a mediados de mes, para ser reconvertido en combustible seguro.( Extracto obtenido del Diario La Tercera. 09 abril 2010)
Bueno, la suspicacia surgida inmediatamente al leer esta nota del Diario La Tercera fue que realmente esta es la noticia linda o diseñada para la población. Muchos de mis compatriotas sufrieron la peor catástrofe de sus vidas, y el gobierno de Chile permiten que el URANIO se mueva de aquí para allá, así como si fuera un objeto inofensivo. Que desgracia, pero si estas cosas son así aquí y probablemente en tú país igual. Lo que si me queda mas claro, es que Hillary Clinton no vino solo a visitarnos y entregarnos su ayuda con sus Teléfonos Satelitales para así tener en conocimiento nuestras conversaciones. Simplemente vino a asesorar el traslado de su aborrecible URANIO.
Señor X
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